¡Cómo la envuelve el paraguas a Lucrecia!
Y la lluvia la mira, solo
desde afuera;
y le pide un último beso,
¡que su piel está tan linda!
El paraguas de Lucrecia la
envuelve
y la arropa. Y hasta le ha cantado
canciones de cuna
(terribles, pero ciertas).
Y a Lucrecia se le ocurre un lápiz,
con el cual compondrá el valsecito
que en un 2x3 rompa y extinga
al paraguas.
Porque el paraguas (que la envuelve
y la cuida a la niña)
le canta siempre demasiado al oído
y a Lucrecia eso le duele:
pobre ser, pobre vals,
el paraguas y la niña
(toda ella menos sus oídos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario