así como Clarice
llamaba
instante
a esos momentos
en que su corazón
como el de un
auto-ya
subía/
y bajaba
yo le llamo
instante
al presagio
en que el reloj
se detiene
sin aliento
extraño
el pretérito
imperfecto,
un corazón así
antaño
tan repleto
de palabras,
colorida.
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