dreams burn but, in ashes, are gold.



domingo

las cosas, ensayo primero.

ya no ajena de mí
ni de mi entorno,
camino hacia el bosque.
las cosas recobrando
su color.

los árboles, ejemplo,
me convidan sutilmente.
me perdonan este tiempo de ausencia:
días de no haberles mirado las caras,
siempre reacia a lo real;
y de no haberles cantado nunca
una melodía que intentara,
al menos, rozar sus copas.

hoy, porque saben bien de mi redención,
me proponen un simulacro de irrealidad
y me hacen creer que sigo:
ajena de mí
ajena de mi entorno.

porque comprenden que desde
ahora
soy solo suya y de nadie más:
no del viento,
no del líquido,
y sobre todo,
no de la palabra.

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