El agua me esperaba
con su canto de espuma
dibujando caminos
perpetuando las ondas
verdes, marinas, florales.
El agua me esperaba
para mojar mi vestido,
sus bordes finos de gasa,
que riman con sus olas
y son parte de este cielo,
redondo, amplio, tranquilo.
El agua me esperaba
la gran comunión
de mis pies con su arena,
y la caracola pequeña,
que es la gaviota en la brisa.
El agua me esperaba
siempre estanca, en movimientos
pausados, constantes, eternos,
como los días, la gasa,
lo verde.
¡El agua me esperaba!
No hay comentarios:
Publicar un comentario