una cajita de música
que se abre a una
delicadamente,
repentinamente,
en el día soleado, frío
una casa alta,
rodeada de puentes,
paisajes vastos,
mañanas lindas
una idea, dos ideas, tres ideas
pisando la arena,
etérea y fría
para contarle a una
(lo claro que es el mar
en verano;
lo poco que es el mundo
conocido)
una música,
definitivamente una música
contemplativa, que actúa
y acompaña,
tranquila,
concreta
¡entonces entro, canto, hablo!
y es extender la mano
a la luz
al amor
al pensamiento
(que, con esperanza,
detendrá la catástrofe)
entonces digo:
la música siempre está,
junto a la idea,
en esta casa.
so then i say:
Doy gracias; está la música-
y es probable que si grite
me transforme en canto.
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