dreams burn but, in ashes, are gold.



martes

Segundo

El ladrillo es más lindo cuando llueve, y un conejo que pasa por ahí-abajito, corriendo. ¡Cuidado! nadie vaya a comerlo: es el dios de lo suave y sabe más que los árboles de sus raíces y del cielo.
Ni siquiera ese señor que está llorando porque cayó la bolsa, o incluso ese joven enamorado de la naturaleza, comprenden lo que este conejo -camafeo su dulcinea, floragua verde, vestidito a rayas-: que la felicidad es un tecito de menta, un otoño en pijamas, dos manos que se encuentran.
Coneji, fuentecita, lindo a veces, me gusta así .

1 comentario:

Juan Ignacio Green dijo...

Jaja, qué lindas imágenes.