dreams burn but, in ashes, are gold.



martes

piazza della signoria

¡ci sono tante cose belle!
incluso arcos de colores
que flotan en el aire
además del frío,
de las esculturas,
de la felicidad consciente.

una frase real

“no sé qué más sentir para creer lo que estoy viendo”

las palabras

despertándonos
así me imagino el comienzo del cuento
de la ficción in-creíble
del vaivén de los días.
mientras yo me despierto
vos vas cayendo:
nos encontramos
en las palabras.

(perfil derecho)

estoy sentada atrás
pequeña
ínfima
oscura
de la blancura más
real
pura
cierta
que vi jamás en mi vida.

a la nochecita

la luna está en media
y el calor es pronto de verano.
todas vestidas de seda,
las muchachas danzan
al son de la ciudad de noche.
porque siempre ha sido eso:
una ciudad nocturna,
plagada de éxtasis,
de estrellas intocables.

miércoles

el aura

nos mudaríamos al bosque
y mudaríamos la piel
se leerían los cuentos
de piratas
cazadores
sirenitas.
el día se abriría como
una mano,
el clímax sería animalejo
y el paisaje, dibujado,
rompería nuestras cosas.
el problema
es el gatillo,
que sería presionado,
y no sé si hay retorno
una vez ocurrido el hecho;
porque lo cierto
es que es muy conflictivo
el tema de la palabra.

las casualidades

Cuando ocurren las casualidades suelo tener la imperiosa necesidad de nombrarlas, explicitarlas, hacerlas materia frente al que las comparte conmigo.
Sin embargo aquella tarde no fue necesario.
La casualidad fue tan hermosa que lo intangible se hizo táctil dentro mío. Los ojos entonces reflejaron lo mágico del momento, las manos se acurrucaron tímidas contra la espalda y las piernas se estancaron firmes contra el suelo, ningún signo de movimiento. Supe que el fatal interlocutor o compartidordecasualidadfortuito lo había notado. Pude al menos esbozar una sonrisa intentando transmitir, desde lo profundo, lo preciado de mi éxtasis minimalista.

poemi

¡cómo pasa el tiempo por entre tus pies chiquitos!
chiquito
que camina en ralentí
hacia el sol
hacia mí
hasta el mar.

dónde estás, juanele

-mujeres envueltas en sedas
muy lisas, muy suaves
mujeres de músicas,
de tinta negra
no sé si son pájaros
o sombras.
-valsecitos muy claros
colorean de amor
los puentes
mis manos,
mis vestidos.
-mujeres de alba
marinas
de almas de arena,
mujeres doradas.
-madres con ojos violetas
el color que se desprende
de sus palabras,
sus constelaciones
pequeñas.
-las pinturas
de otro otoño
se despliegan suavemente,
lisamente por las telas,
pero en días que no llegan a ser-