dreams burn but, in ashes, are gold.



domingo

shibuya


a veces siento que la vida
podría resumirse
en cruzar este puente débil
en el barrio de Shibuya
no estar seguro de nada,
ni siquiera de los astros
que circunvalan el camino.

interludio


creí en tu corazón
como los griegos
confiaban
en los designios divinos.
tu amor fue mi
oráculo
yo fui el antihéroe
de mi divina comedia.

esta lluvia/ que viene


esta lluvia
que viene
está trayendo
nuevos proyecos
se está llevando
consigo
en su alma
compuesta de
moléculas chiquitas
todo lo que
ya no
quiero
confío en ella
en su camino
que recorre
los océanos
de donde allí
toma su forma.
transcurren días extraños
en que las cosas
no tienen nombres
estás más bien
sola,
esperando
a que te llegue
el momento
del bautismo.

año nuevo



te acordás 
ese año
nuevo
en que desée
embellecer 
mi lenguaje.
fue todo
una mentira
cada vez hablo
peor y ya no
encuentro
nada para decir
que no esté
en si mismo
acabado, re-sabido,
y sobre todo 
sucio.


me pregunto
quiénes van al mar de noche
y por qué, a qué ola,
a qué encuentro;
O hacia el río,
si es muy tarde
y ya las luces de las
algas 
transfiguran
y deforman los
contornos de los patos.

miércoles

viajar a la luna



¿cómo será ir a la luna? ¿ver al mundo cotidiano desde afuera, desde más arriba, desde tan lejos?

me imagino que debe haber música de fondo. debe ser muy azul, muy grisáceo, sin colores saturados. las cosas deben pasar lento; ejemplo, para saludarte con la mano tardaría tres minutos, ¡qué belleza!

el otro día leí que dos astronautas sacaron fotos de la luna y las mandaron a la Tierra antes de tener que suicidarse porque su nave estaba a punto de caer. se acercaron lentamente hasta los cráteres, enormes y lunares, en donde tomaron instantáneas que enviaron a la velocidad de la luz a sus casas, en Dallas y en Tennessee. lo hicieron para comunicar que ellos habían existido en este cosmos, al igual que la luna, de cuya presencia brindaron testimonios.

sus cuerpos celestes ahora yacen en la vía láctea, rodeados de estelas. contemplan infinitamente al infinito mismo, 
y a la finitud de nuestro planeta pequeño.




ya no




te movés con tu vida
dejando a ese pedazo de vos
a un lado,
pensando que podés
olvidarlo por un tiempo,
dejarlo a un costado
y cuando querés
volver,
cuando querés
recuperarlo
te das cuenta
de que ya no
de que nunca más
no vas a ser la que eras
antes,
esa parte ya no vuelve.