dreams burn but, in ashes, are gold.



sábado

febrero era un mes de pocas palabras

prorrumpimos entonces
en sonrisas olvidadas
envidiamos el constante,
leve paso del enero.
recreamos libaciones
a los dioses del verano
y en el tejer de los días
inmortales del estivo,
colgamos horas
a la sombra
de un cerezo.
cedimos tiempo
a la brisa, que liviana,
encauzada por su hábito
permitió cantos rumorosos
en silencio,
ilustramos tardes
y con versos irrisorios.
dormimos y al fin,
allí-
despertó el aura
del poeta adormecido.