dreams burn but, in ashes, are gold.



domingo

“¡vas a soñar arriba del cielo de áfrica!”

un bosque

sutilmente
me hablan de memoria
todos estos árboles;
y en sus ramajes
y en sus señales
puedo divisar a tantas almas.
en suspiros
las luces antaño apagadas
son encendidas ahora
por otro sol,
uno nuevo
que va abriéndose
y despierta
mientras llora muy despacio.
el viento calmo
se mueve y hace música
invocando su memoria.
Cómo vuelven;
sentir cómo vuelven.

la casita de coca

Coca la vecina
atrapada entre paredes
quiere ser reina del mundo
volver a los 17
regar las plantitas que le quedan
que no han sido atropelladas
por el silbido fuerte de las ciudades.
¡por el silbido fuerte de las ciudades!
ha perdido el teléfono del mago
que le pasaba recetas de antaño
que la aferraba a los hombres
y a la inocencia.
Coca, yo te digo
si vas para Chile
escapate un poco del lugar
concatenado entre misterios
traeme un pedazo de tierra
de repente tengo ganas
de saber algo más
de aquella parte
de mi pasado.

lunes

en la calle

oís
te estoy dejando todos mis libros antes de irme;
saco de mi bolso lápices de colores:
es lo único que tengo.
han cerrado aquella librería, la más cercana,
en la que escuchábamos Chopin y
estábamos a gusto.
nada queda ileso en el latir constante de los días.
si oís,
ves cómo tu voz se hace un solo canto con la mía:
las palabras, ajenas,
que procuramos decir la otra tarde.
el viento que pasa
dejará sus marcas en mi rostro
y quizás arrastre consigo
la levedad de todos sus pájaros.

domingo

filter taps

llueve tanto.
el cielo está blanquísimo
y mujeres a mi lado
me hablan en inglés.
las claraboyas de esta casa
dejan pasar tanta luz
que no puedo pensar
en otra cosa
más que en la lluvia
y en este pequeño poema,
encontrado, que reza:
“la única noche en
que mis pasos eran
un sólo compás
con los truenos
fue aquella en la que
me besaste.
Una felicidad plasmada
de ternura y egoísmo,
propia de quien oye
a un perro cuando ladra
o alguna nana
de Debussy
a las doce de la noche.
Rayos y centellas,
casi como un canto irrefutable,
nos vienen a decir
algunas cosas,
importantes”

che, ¡es tan lindo!

(che, es tan lindo
reír así con vos!
las tardes
apresuran su canto
con un vaivén increíble)

Nace un poema.
todos los días
nacen poemas
bajo su mano
canela, que ríe
y los arrulla
con su canto.
-yo miro estos poemas,
quizás acaso sea uno-.
y creo que ella-poema
proviene de otra época
seguramente una
en que las aves
y demás animalitos
entraban a las casas,
y los hombres
afinaban las guitarras
bajo el agua.
Ella es un poema que
canta poemas;
¡es una linda
manera de saludar
a los días!
y, con sus manos
delicadas,
trae tantas primaveras...
junto a la ventana,
acurrucada,
ella mira esas
flores nuevas
que trae el aire
de septiembre;
sonríe,
siempre sonríe,
y es un placer
observar
cómo suspira canciones.

sábado

viajar contigo

che, sos lindo
-es una verdad-
llenaste la ventana de bonsáis,
de plantas chiquitas.
has hablado
con alguien que sí, soy yo,
pero que nadie conocía;
extendiste tu mano
y encontraste un montón
de ramitas
que me pertenecen.
ahora sí que soy
una planta chiquita
increíble de verde;
un ser de natura
que sólo respira
aire marino.

lunes

frase robada

Suecia a tu lado ya no es más
aquel paraíso

frase encontrada

no creo que hoy te vea. me basta con Chet Baker.

alunizaje/moonlight

el hombre llegó a la luna
el hombre llegó a mi luna
una tarde
6 pm
estaba sola
o así me sentía
tuve miedo
un hombre llegó a la luna
en colectivo
se llega rápido
a mi luna
o así lo sienten
los que viajan solos
el hombre llega a la luna
todos los días
en el tren de las 9
nunca le da miedo
acercarse
al andén
o a mí
tuve miedo
ya no.

kitchen

qué bueno que me hablaste
de las cosas encontradas
de la música islandesa
del poema de ee cummings.
qué bueno que viniste
y me dijiste
¡esperame, no te vayas!
qué calmo que es el mar
cuando se lo mira desde
el sueño:
todo blanquísimo;
qué tranquilidad me da
hablar de castidad,
de las chicas mar,
y estar con vos, así.
ya sé: se torna imposible.
quizás por eso me guste tanto;
con sirenas
y sea-girls
te esperamos en el fondo
qué bueno que hayas ido
esa vez conmigo
el océano y su color
eran hermosos,
verdaderamente.

in/out

en los árboles
en las esquinas
en los comercios
en las piedras
en los ojos
en los bailes
en las risas
en los libros
en las ciudades
en los papeles
en los augurios
en las películas
en los helados
en las canicas
en los abuelos
en las manitos
en los planetas
en los comicios
en las veredas
en los espacios
en las miradas
en las ojotas
en los almacenes
en los parques
en las músicas
en los chocolates,
creo que te veo
en los espacios interestelares,
en esas pequeñas cositas.

birds

miré
y vi a mi abuelo cruzando el puente
creí que venía,
como un bird,
que venía a decir algo
creí que era yo misma
que bailaba en la avenida
que fumaba uno finito
¡salió una flor, m.!
de la enredadera que compré
hermosa
naranja
divina
sonrío: es mi abuelo el que cruza el puente
sí, yo creo que es;
yo creo.
siempre creo
y voy creyendo en la avenida
y va crescendo la musiquita
que me sale desde-dentro
como un bird,
que nos viene a cantar.
¡es mi abuelo
con un pañuelito en la cabeza!
baila y ríe en la avenida
como un bird,
cree que nadie lo pisa
pero en realidad
es el mundo
el que cae sobre su cabeza,
es el mundo el que cae sobre su cabeza.

sol en mi boca


In burning flowers
I will take the sun in my mouth
And leap into the ripe air
Alive with closed eyes
To dash against darkness
In the sleeping curves of my body
Shall enter fingers
Of smooth mastery
With chasteness of sea-girls
Will I complete the mystery
Of my flesh
Will I complete the mystery
Of my flesh
My flesh

niño

El niño toma mi mano. Me lleva por caminos todos verdes. Me mira y me dice: yo no puedo soportar tanta belleza... y estos prados. Yo lo entiendo; le beso la frente. El niño ríe, me apura, me tira del vestido. Se detiene esporádicamente y toma respiros muy hondos. No entiendo: creí que íbamos al río pero este sendero lleva sólo a la nada. ¡Los niños y las flores! Siempre consiguen engañarme. De pronto aparece un oso, que se une a nuestro andar pasivo. El niño ralenta el paso y de su bolso extrae un triángulo. Hace música, ay niño. Lloro: nunca consigo lidiar con tanta belleza; y este río y esta música... Decido abandonar mi búsqueda, escribo. Abrazo a ese oso y a ese niño; los miro cuando reposan acostados en un leño. Les dejo mis cuadernos, mis vestidos. Desnuda de modismos y de enaguas, me escapo de su magia; corro y atravieso ciudades, paisajes florales; termino en el mar. Allí me espera el niño; hay música muy suave, y me viste nuevamente.

miércoles

rue st vincent

me siento. se sienta.
el viento, pasa.
adelante está la ciudad, atrás paredes lindas
bonitas verdes enredaderas.
la fuente. el viento. Pasa. la tarde. las seis. El ruido. No molesta. El libro. y un poco de París de bolsillo, comestible, sino. el libro. El texto lindo
bonito azul enredado. Entonces: la lluvia.
¡y dicen que nada es perfecto!

before sunrise

daydream delusion,
limousine eyelash
Oh baby, with your pretty face
drop a tear in my wine glass
look at those big eyes,
see what you mean to me
sweet cakes and milkshakes
i'm a delusion angel
i'm a fantasy parade
i want you to know what i think
i don't want you to guess anymore
you have no idea where i came from
we have no idea where we’re going
launched in life
like branches in the river
flowing down stream
caught in the current
i'll carry you
you'll carry me
that's how it could be
don't you know me
don't you know me, by now

lunes

haikus

modesta, intento imitar a Matsuo.
la inspiración siempre
surge de lugares obsoletos.


***

en la punta del cerro
una cabra se ha dormido;
el día sabe morir siempre.

***

la luz estalla;
hay miles de pájaros
contemplando aquel color.

***

tranquila, una mujer recuerda;
el fondo del mar
siempre guarda su risa.

***

el niño que observa
al pájaro pequeño;
mujeres gritan que es verano.

***

el otoño se ha olvidado.
pianos y mujeres
envolvían mi casa otrora.

***

una madre sola que pela manzanas.
una casa vacía:
¡ha de florecer el pensamiento!

***

suena la pequeña música;
las puertas son abiertas:
China nos saluda.

***

la mano va a la mano
delfines y algas
ha nacido un amor.

***

bichitos de luz.
las puertas de tu casa
me son abiertas gentilmente.

***

ingenuas fotos se sacan
del nacimiento de un cabrito.
ríen los zorros del monte.

***

camino por la calle;
llueve y te recuerdo
¡zorritos de colores!

***

duermen contentos
los señores aeronautas:
Laika va camino de la luna.

***

pequeño, se envuelve en sensaciones.
nadie ha dicho nada;
la espera es bella y es hermana.

***

nubes a raudales;
recién en Santiago
mi cuerpo se endereza.

discovery

“es que yo era como un Buda
colosal y transparente
liviano como una música
tan lindo como una joven
hermano de las plantas
y padre de los hombres”

domingo

las cosas, ensayo primero.

ya no ajena de mí
ni de mi entorno,
camino hacia el bosque.
las cosas recobrando
su color.

los árboles, ejemplo,
me convidan sutilmente.
me perdonan este tiempo de ausencia:
días de no haberles mirado las caras,
siempre reacia a lo real;
y de no haberles cantado nunca
una melodía que intentara,
al menos, rozar sus copas.

hoy, porque saben bien de mi redención,
me proponen un simulacro de irrealidad
y me hacen creer que sigo:
ajena de mí
ajena de mi entorno.

porque comprenden que desde
ahora
soy solo suya y de nadie más:
no del viento,
no del líquido,
y sobre todo,
no de la palabra.

asilo

estos peces
son solubles en agua.
apenas ingresan
en la incongruencia transparente
se renuevan y florecen.
es como si supieran
que hay algo que los contiene
más allá de Dios y del mundo:
encuentran asilo en las algas.
ellos se chocan los cuerpitos
y comparten colores,
no brillan más
porque ya brillan
y escuchan a Juana bajo el agua.
se ríen y no entienden sus letras
pero se chocan los cuerpecitos
y reviven en mil sustancias.
hay peces muy pequeños
esos encuentran asilo
cuando se escabullen
entre los pulpos;
también hay peces
que sólo lloran
esos son los más
¡y menos mal:
regalan agua a los océanos.

gritarle; punto.

gritarle a los bichos y a las plantas
gritarle a la más pequeña oveja del campo
al gaucho argentino
a mi madre
a la mañana
¡¡¡¡¡¡¡¡que el tiempo se detenga
punto.
necesito pensar algunas cosas
meditar ahondadamente
pequeñeces
mecerme en la llanura de lo vacuo
gritar y gritar
porque el tiempo corre desesperado y solo
y se va sin mí
y yo me voy
sin él
gritar
porque los gatos no sienten el tiempo
y yo sí y no soy mágica tampoco.
gritar gritar GRITAR:
¡que se detengan los trenes
los trinos los pájaros cantores
las construcciones de edificios!
ya son las 3 y hay decisiones
irresueltas
ya son las 3 y la soledad
se aviene como un mar inescapable.
punto.
con un grito desolado
y sordo
pido ayuda
a los árboles
que me consuelan
callando mi grito
grito vacuo y pasajero,
por suerte común
a todos los hombres
punto.

teléfonos

si bien sé que
en este momento
estamos conectados por
cables
pequeños que se enredan y se esconden
¡puedo ver que hay algo más!
puedo incluso llamarte
decirte: ¡hola, qué tal!
y pasar unos lindos momentos
así aguzando el oído
queriendo abrazarte
pero sé que hay algo más
en el espacio estelar
del cosmos pequeño de tu mano.
puedo llamarte por teléfono
(me gustaría mucho hacerlo)
y hablar de cosas
sabiendo que mucho más que
teléfonos
nos conectan ahora
y ahora que puedo
y siento confianza
puedo confesarte que
me iría a Japón
a llorar de tristeza y
a China
a sentir las pagodas
ahora
que un teléfono permite
que hablemos
quiero decirte
“creo que hoy,
ahora
en Japón
aquí
al menos,
hay algo más”
suena la música
que me ayuda
(¿eso puedo decirlo?)
la música que me ayuda
a pensar en China y en
esas cosas
en un recoveco de China
hay un alguien
que no tiene teléfono
¡viven en montes, con cabras!
se dicen esta clase de cosas
con palabras
recitadas
se miran y en el
pequeño cerro se besan
hay mucho más que teléfonos.

peces

esa noche
me fui apurado
corrí hacia el río
donde no pude verme
corrí hacia él
y tiré mis libros
mis cosas
lo ofrendé con
pequeñeces
para poder olvidarme
de algo que no había sido yo
esa noche
sentí alivio
y en el río los peces
rieron
cuando vieron caer
hojas de mi bloc de notas
otrora delicado
ahora
húmedo
por la viscosidad del agua,
las letritas desprendiendo
del papel.
yo reí con ellos
aliviado
de tirarme un poco al río
de sentir el rigor
de que sean las 7
pero no sentirse solo.
aliviado
mojado
lleno de emoción
nadé con los peces
y descubrí las bondades
del coloquio marino
me sentí parte de algo
que ni sé si existe
me hundí en el río
pero al hacerlo
entendí.
hay quienes dicen
que yo era sólo un hombrecito
que tiraba papeles a la vera del dique
que angustiado iba tirando un celular.
pero
sólo el río
sólo los peces
saben qué les confesé esa noche.
desde un trigal
me asomo,
voy viendo la luna:
es hermosa.
me río
porque entiendo
me escondo
entre tus hombros,
no hace frío.
sola
la luna
nos espera
se ríe de nosotros
somos jóvenes
nuevos
todo empieza,
desde un trigal
el mundo se ha dado vuelta
y eso es lindo,
hemos sido bendecidos.

lunes

sueño de una noche de verano

mientras te escucho hablar en japonés
me acuerdo de los viejos tiempos.
vivíamos tranquilos
allá por ayacucho al 1300
ahora me quedan sólo papelitos
algunas letras quizás
y esa sensación de frío
cuando me miro al espejo.
prosaicamente camino
lánguidamente suspiro
y pienso
lo lindo que es creerse lindo
y lo lindo que es sentirse artista.
mientras te escucho hablar en japonés
imagino a los ciruelos
que crecen en mi casa
y me inundan de alegría
aunque no tengan ni un brote.
de mi boca sale un lápiz
pienso escribirte
colorido, pequeñito
amarillo
violeta
ciruelos que crecen inundando los pasillos
de mi casa.
puede que termine de escribirte
esta noche
no quisiera,
pero estas cosas son
así
y uno no puede evitarlas.

viernes

El pasadizo de cerezas.

¡Cómo la envuelve el paraguas a Lucrecia!

Y la lluvia la mira, solo
desde afuera;
y le pide un último beso,
¡que su piel está tan linda!

El paraguas de Lucrecia la
envuelve
y la arropa. Y hasta le ha cantado
canciones de cuna
(terribles, pero ciertas).

Y a Lucrecia se le ocurre un lápiz,
con el cual compondrá el valsecito
que en un 2x3 rompa y extinga
al paraguas.

Porque el paraguas (que la envuelve
y la cuida a la niña)
le canta siempre demasiado al oído
y a Lucrecia eso le duele:

pobre ser, pobre vals,
el paraguas y la niña
(toda ella menos sus oídos).

un projéct de escritura dual con mi amigo B.

Te voy a comer viva. Y me voy a dar una ducha, y esta será de café. Sí, porque el café me gusta. Es mi amigo el café, a veces charlamos, pero a veces se enoja, y no me mira más. De todos modos, siempre está, como vos, ahí, tan cálida e inerte. Te voy a comer fría. Porque soy así-y aunque deteste la gente que habla de sí misma, me voy a dar el gusto por un rato- y yo nunca te voy a poder decir que me gustás así cálida e inerte: entonces vuelvo: y te como fría. ¿Querés venir a comer a casa? Hay puré. Te voy a sentir dulce. Tus pies son lindos, porque después de todo, no son tan inertes, y rozan lo cálido. Sí. Te voy a sentir fresca. Y voy a contar gritando hasta diez. 53, 54, 55 así ad infinitum, cariño. Yo te voy a volver loca. Y vas a llorar de angustia y amor. Y vamos a entender que nunca hace calor y que nos gusta tu calidez. Te voy a pedir perdón. Y vas a sonreír mientras nadie nos mira. Y nunca, pero nunca, me mires así, inerte, que sino no te puedo ver.

¿Por qué todos cruzan en rojo? Qué gente... bueno, yo también. Uh, ¿de dónde mierda salió este 152? Sí, estaba cruzando en rojo, ¡pero todos ellos cruzaron! Bueno, metete los carriles exclusivos en el... en... ¿en qué estaba pensando?

Soy... absolutamente... invisible... y me encanta, me deleita exquisitamente.
Loco, no tengo monedas.

I

Y así, en forma repentina, fueron a caer en la unión de los caminos. Una unión ilusoria, naturalmente. “¡Qué linda la primavera!” repiten cansinamente. Allá y con los ojos cerrados, dos consuman su amor bucólico a la sombra de una parra. Un amor sin precedentes en la historia local de la fauna floral del no-lugar. Y no por eso un otro, encerrado en las dicotomías de la astrología, no siente ganas de rodar un rato por el pasto. Pero no riendo. Llorar un poco, quizás. Y sentir un dolor profundo que se le hinca en el cuerpo. Creyó que era de amor. Se equivocaba: su mano se mecía sobre un cardo. A todo esto, un gato ronronea y se acaricia en la copa de un árbol. Este último vive justo donde los caminos se unen ilusorios; y los señores que repiten sin sentido de la estética. ¡Qué linda la primavera!

sábado



¡Cómo la envuelve el paraguas

a Lucrecia!

lunes

Hojas de menta y tormenta.



Un pequeño hijo surgió de entre las plantas y los juncos. Mientras tanto ellos miraban, se gustaban, se reían. Atrás el mar, y adelante el abismo de entender que mientras se revolcaban por la arena, el tiempo se iba como una gaviota blanca, pintitas amarillas. El niño juega. Solo está, en las inmediaciones naturales del ámbito marino, juega juegue pequeño pez. Y nadie lo prejuzga, a excepción de ese hombre que lo mira, lentes oscuros, que recuerda que también fue niño, no tan lindo y no tan libre. Pero ese hombre se une, se reúne con esos seres, y se amasan todos juntos, hundidos en la tibieza y la tranquilidad vacua de los que no piensan.