dreams burn but, in ashes, are gold.



lunes

niño

El niño toma mi mano. Me lleva por caminos todos verdes. Me mira y me dice: yo no puedo soportar tanta belleza... y estos prados. Yo lo entiendo; le beso la frente. El niño ríe, me apura, me tira del vestido. Se detiene esporádicamente y toma respiros muy hondos. No entiendo: creí que íbamos al río pero este sendero lleva sólo a la nada. ¡Los niños y las flores! Siempre consiguen engañarme. De pronto aparece un oso, que se une a nuestro andar pasivo. El niño ralenta el paso y de su bolso extrae un triángulo. Hace música, ay niño. Lloro: nunca consigo lidiar con tanta belleza; y este río y esta música... Decido abandonar mi búsqueda, escribo. Abrazo a ese oso y a ese niño; los miro cuando reposan acostados en un leño. Les dejo mis cuadernos, mis vestidos. Desnuda de modismos y de enaguas, me escapo de su magia; corro y atravieso ciudades, paisajes florales; termino en el mar. Allí me espera el niño; hay música muy suave, y me viste nuevamente.

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