me miró fumando
y fue sólo un momento
esquivé la mirada,
observé sus arrugas
y sus lentes,
observé su saco,
lustroso, un poco añejado
como el vino que
solíamos tomar
cuando vivíamos en
la misma esquina-
ese hombre conocía
toda mi vida y fumando
esquivé su mirada,
omití el encuentro
y la palabra
cerré la puerta y con dolor
ese hombre y esas manos
eran los días
de los días olvidados.
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