dreams burn but, in ashes, are gold.



miércoles

variación del 19th century

soy joven
y puedo mirarte y sonreír
darte todo mi amor
al oír el preludio cinco
nadie entiende lo que digo
Mari me mira
escéptica
sólo Chopin
en la nocturnidad de su tarde
supo lo que era la calma.
Entre flores, nocturnos, cascabios, amores y flautas,
danzamos y entonces la noche sigue viva. Y el amor infinito
de ser joven y de no conocer la muerte, ese
movimiento paralelo de los mundos.
caminar
sobre pastos y almohadones
entre flores y silvestres
entre fuentes verdes
de agua con
sus peces coloridos
En un bosque de camelias (si tan sólo comprendieras)
mi amor bucólico que
sólo existe en las palabras,
Luxemburgo, mi jardín nocturno,
era yo la diosa-estrella, quien tocaba
al ciervo que amainaba nuestros pasos, no
nos despierten! primavera, estaciones, mucho amor en el
crescendo, allegro en el salón de Polonia, en el
museo de animales, de la música que vive. Si vos
sabés que yo te extraño, y sí dudé, como duda
el final de nuestro encuentro, dudó como
si llamara a los aires blues de este
pasaje, este balcón tan dulce sólo de
notas musicales.
habrá manera de expresar exacto?
habrán sentido lo que yo en esa tarde fría
de siglos acabados?
habrán llorado, sí, lo creo, de alegría y emoción al
escucharlo.
habrán sentido los más duros, el poder de
lo invisible. habrán querido mirarte,
porque sí, eran jóvenes y decirte en el
preludio 5, todo eso, lo que ya sentían.

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